Por qué es fundamental poner fin a los subsidios para los combustibles fósiles e invertir en energía solar para lograr la descarbonización y la prosperidad

David Edwards, director de estrategia y recursos de Solarcentury, nos explica las cifras.

El presupuesto de carbono de la Tierra se está acabando a un ritmo acelerado. Desde la firma del Acuerdo de París, los líderes mundiales, las grandes empresas internacionales y los inversores financieros han hablado mucho sobre la importancia de hacer la transición hacia una economía mundial sin emisiones de carbono. Sin embargo, siguen subvencionando e invirtiendo en combustibles fósiles, con lo que están contribuyendo a que nos acerquemos peligrosamente al límite de calentamiento de 1,5 grados que provocaría un caos climático irreversible.

Cada vez está más claro que, para evitar una catástrofe, debemos hacer la transición económica más rápida de la historia de la humanidad. Una revolución industrial inmediata en la que todos los líderes mundiales se comprometan con la eliminación de las emisiones de carbono en la próxima década, es decir, para el 2030 y no para 2050, si queremos tener alguna esperanza de salvar nuestro planeta.

Está claro que esto no será barato. Es necesario invertir billones de dólares en la próxima década, principalmente en energía solar, para evitar un desastre climático. Según Energy Watch Group y la Universidad LUT, la energía solar tiene el potencial para producir el 69% de la energía de todo el planeta en un sistema energético global 100% renovable.[1]. Si lo logramos, significaría que la energía solar por sí sola podría reducir las emisiones de carbono a nivel mundial aproximadamente a la mitad, en comparación con los niveles actuales[2], lo que permitiría alcanzar la rápida descarbonización que nuestro planeta necesita con tanta urgencia. Y esto se puede realizar rápidamente: los proyectos solares pueden llevarse a cabo mucho más rápido que los proyectos que implican combustibles fósiles o energía nuclear.

La escala de esta inversión pasa a ser insignificante cuando la comparamos con el costo ambiental y económico de no hacer nada; y como la energía renovable no necesita combustible, una vez que se realiza la inversión, los costos son muy bajos.

No podemos darnos el lujo de postergar esta transición. Según el Proyecto de carbono global (Global Carbon Project), las emisiones provenientes de combustibles fósiles actualmente representan casi el 70% de las emisiones a nivel mundial[3]. La situación es muy simple: si seguimos emitiendo CO2 a este nivel, superaremos el presupuesto de carbono restante del Acuerdo de París en tan solo 10 a 15 años, lo que conducirá a una catástrofe climática irreversible. El calentamiento global se autoperpetuará, el clima será cada vez más inestable y caótico, y sobrepasaremos el punto de inflexión del que no hay vuelta atrás. Las consecuencias económicas de esto serían catastróficas.

Según Moody’s, si las emisiones de carbono no se reducen drásticamente y las temperaturas globales aumentan más allá del umbral de calentamiento de 1,5 grados establecido en el Acuerdo de París, los daños económicos globales irreparables ascenderán a 54 billones de dólares.[4]. En 2017 solamente, los fenómenos meteorológicos extremos causados por el cambio climático costaron a la economía de los Estados Unidos más de 306.000 millones de dólares[5]. Además, los pronósticos más recientes predicen que la regularidad, la intensidad y los costos de esos fenómenos se acelerarán, sumiendo a más de 100 millones de personas en la pobreza para el año 2030[6], a menos que se tomen precauciones urgentemente.

No obstante, las cosas no tienen por qué ser así.

Si podemos hacer la transición hacia un sistema energético mundial renovable en un 100%, las emisiones de carbono provenientes de la energía se reducirán a cero, y es posible evitar que unas 33.000 millones de toneladas de CO2 entren a la atmósfera cada año[7]. Además, podríamos mantener el calentamiento global dentro del umbral establecido en el Acuerdo de París. De hecho, los pronósticos más recientes establecen que las emisiones globales podrían reducirse a menos de la mitad para el año 2030[8] sobre la base exclusiva de soluciones existentes listas para el mercado y del cambio de comportamiento, con la energía solar a la cabeza.

La energía solar ya es una de las fuentes de energía más económicas en la mayoría de los mercados mundiales; sus costos de producción se redujeron en un 80% aproximadamente en los últimos 10 años solamente[9]. De hecho, las cifras más recientes publicadas por BloombergNEF revelan que más de dos tercios de la población mundial en la actualidad vive en países donde la energía solar o eólica (si no ambas) son la fuente más barata de nueva generación de electricidad[10], y cada vez más se están acercando al costo de las plantas convencionales existentes.

Pero, dado que la energía solar actualmente representa tan solo el 3% de las fuentes de energía eléctrica a nivel mundial[11], esta transición solamente se puede lograr con la rapidez necesaria por medio de un cambio sistémico y de la voluntad política adecuada.

El problema radica en quienes ocupan cargos de poder. El sector energético ya ha llegado a un punto de inflexión en materia de precios; el sistema energético global basado en combustibles fósiles y en la energía nuclear ya no puede competir con la energía renovable en materia de costos.

Sin embargo, en todo el mundo, el carbón, el petróleo y el gas actualmente reciben más de 370.000 millones de dólares al año en subsidios, en comparación con solo 100.000 millones de dólares para las energías renovables[12]. Si queremos mantener la más mínima esperanza de eliminar las emisiones de carbono de nuestro planeta con la rapidez necesaria para evitar una catástrofe climática, se debe poner fin, en todo el mundo, a los subsidios estatales y las nuevas inversiones en combustibles fósiles, y debemos reorganizar nuestras prioridades a fin de que exista un compromiso de invertir 1 billón de dólares cada año en la transición hacia un mundo impulsado por las energías renovables.

Es una decisión que no podemos permitirnos postergar.

El enfermo económico de Europa
Según un informe de la Comisión Europea, el Reino Unido es el principal culpable, entre los países de la UE, de las inversiones en combustibles fósiles, ya que aporta 12.000 millones de euros (10.500 millones de libras esterlinas) al sector cada año. Esto supera con creces los 8.300 millones de euros que el Reino Unido gasta cada año en energía renovable.

A modo de comparación, las cifras del gobierno del Reino Unido muestran que el gasto total en transporte en el Reino Unido en 2018 fue de 30.000 millones de libras esterlinas, lo que significa que el gobierno aporta fondos a los combustibles fósiles por una cantidad equivalente a un tercio del efectivo destinado a todo el transporte del Reino Unido cada año.

Comisión Europea, Study on Energy Prices, Costs and Subsidies and their Impact on Industry and Households: Annexes to the Final report, p429. Enlace completo.
UKpublicspending.co.uk,
Public Spending Chart Gallery. Enlace completo.

Los expertos vienen advirtiendo desde hace tiempo que nos dirigimos hacia una recesión económica mundial única en la historia, que afectará a la mayoría de las economías, sectores y empleos de todo el mundo[13]. Si nos mantenemos en nuestra senda actual y continuamos invirtiendo en combustibles fósiles como lo hacemos hoy, estaríamos financiando efectivamente nuestra propia caída, a un costo de 54 billones de dólares en daños económicos mundiales irreparables.

¿Cuál es la alternativa? Invertir 10 billones de dólares en los próximos diez años en nuestro futuro compartido de bajas emisiones de carbono y recibir, no un costo neto, sino un impulso económico mundial procedente de beneficios como creación de empleo e ingresos fiscales, según afirman grupos como Carbon Tracker y la Comisión Mundial sobre la Economía y el Clima. Esto se suma a la ventaja añadida de descarbonizar nuestro planeta, crear un sistema energético mundial sostenible y dar a las generaciones futuras esperanza para el futuro.

Estamos al filo de la navaja, peligrosamente cerca de alcanzar un punto de inflexión en el caos climático. Y sin embargo, la solución está perfectamente a nuestro alcance. Es hora de dejar atrás el pasado y dejar de financiar los combustibles fósiles de una vez por todas.

Como sociedad, ahora tenemos dos opciones: podemos seguir con los subsidios a los combustibles fósiles por una cantidad de 370.000 millones de libras esterlinas (475.000 millones de dólares) al año, lo cual garantiza la devastación continua de nuestro medio ambiente e implica al menos 1 billón de dólares al año en costos ocultos adicionales[14]; en la práctica, esto significa que cada dólar invertido en subsidios supone un costo total de al menos 3 dólares para la sociedad; o, la otra opción es invertir ese pasivo de 1 billón de dólares al año en energías renovables[15], lo que significa que cada dólar invertido nos ayudaría a proteger nuestro planeta al mismo tiempo que satisfacemos nuestras necesidades energéticas con un costo adicional limitado, además de crear beneficios económicos netos adicionales como la creación de empleo[16].

No puede estar más claro que los beneficios de cumplir nuestros objetivos climáticos superan ampliamente los costos de no hacerlo. Seguir con los subsidios a los combustibles fósiles sería una locura desde un punto de vista económico. Ahora debemos centrar toda nuestra energía y nuestros recursos en una rápida descarbonización y en llegar a cero emisiones netas en 2030. No existe ninguna otra tecnología actualmente que pueda descarbonizar nuestro planeta con la rapidez y eficacia económica de la energía solar.

Más información en nuestra página dedicada al caos climático; la información que se necesita para actuar.

Referencias:

[1] Energy Watch Group, Global Energy System Based on 100% Renewable Energy, p2

[2] Global Carbon Project, Global Carbon Budget 2018 apartado 3.4.1: CO2 Emissions, estimates fossil fuels contribute 37 Gt of carbon emissions per year; Energy Watch Group, Global Energy System Based on 100% Renewable Energy, p2 estimates that solar can meet 69% of global energy needs in a fossil fuel-free scenario (equal to 25.5Gt); Exponential Roadmap, Exponential Roadmap 2019, p32, estimates total global emissions of greenhouse gases of 54Gt

[3] Global Carbon Project, Global Carbon Budget 2018 apartado 3.4.1: CO2 Emissions, estimates global emissions of 37Gt from fossil fuels; Exponential Roadmap, Exponential Roadmap 2019, p32, estimates total global emissions of greenhouse gases of 54Gt.

[4] Moody’s, https://www.moodysanalytics.com/-/media/article/2019/economic-implications-of-climate-change.pdf

[5] National Centers for Environmental Information (NCEI)

[6] Global Commission on Adaptation

[7] Exponential Roadmap, Exponential Roadmap 2019, p32

[8] Exponential Roadmap, Exponential Roadmap 2019, p32

[9] IRENA, Costs

[10] Bloomberg NEF, New Energy Outlook 2019

[11] Enerdata, Global Energy Statistical Yearbook 2019

[12] International Institute for Sustainable Development, Fossil Fuel to Clean Energy Subsidy Swaps:¿Cómo se financia una revolución energética? (How to Pay for an Energy Revolution), p2

[13] New Economics Foundation, Triple Crunch

[14] Global Commission on Adaptation, Adapt Now: A Global Call for Leadership on Climate Resilience, p3

[15] CERES, The Clean Trillion

[16] New Economics Foundation, Green New Deal; Energy Watch Group and LUT University, Global Energy System based on 100% Renewable Energy